Autor del proyecto: (esfero) Esther Ferrer Román_ Categoría: Proyecto vivienda_Año: 2014_Localización: Chiclana_Promotor: Privado
La parcela en Santi Petri es una porción de terreno en sombra.Dentro, los ojos se dirigen hacía arriba, desde allí las copas de los árboles ofrecen una perspectiva diferente a la que se divisa desde fuera, ya que las finas hojas verdes quedan sustituidas por el primer plano que presentan los sinuosos troncos que, allí arriba, a lo lejos, dibujan el círculo que la copa igualmente diseña en su alzado. Los troncos del que nacen son finos, ásperos al tacto, pero indiscutiblemente largos. Si se persiguen con los ojos, si se guardan con la mirada, éstos fuerzan mantener la cabeza en una posición incómoda, reclinada hacía arriba retiene en los ojos nuevamente la vertical que se impone a la horizontal del territorio.
Si se mira desde lejos, desde la entrada, se puede ver como pequeños haces de luz se cuelan entre la espesura de las copas de los pinos. La luz se adentra, casi sin permiso, dibujando extrañas siluetas en el suelo de arena.
La vivienda se separa del muro perimetral de la parcela, el cual deja espacio a los nuevos muros curvos de la vivienda. El de más desarrollo es el que conforma la estancia del gran dormitorio principal, éste que nace en el salón y termina en la zona del baño de dicho dormitorio, vira la vista del interior hacía aquellos pinos menos considerados en la finca, dejando ahora que estos tomen protagonismo al formar parte del pequeño “patio” al que el resto de las estancias ignoran para dar privacidad al dormitorio principal. El muro “ribete” del salón se cierra al pequeño “patio” para abrirse a aquel que viene de la mano de uno de los pinos que se inmiscuye en la casa. Éste, situado entre el salón y el comedor, hace que los muros de ambas estancias se replieguen para dialogar con el del salón y dejar entre dichas formas convexas el árbol que abre las estancias hacía el exterior. La cocina es la última de las habitaciones de la vivienda, su posición es estratégica, ya que la propietaria, amante de la cocina y de tenderetes con amigos, disfruta de las vistas mientras parece cocinar en el exterior; la cocina se abre al corazón de la parcela para pasar a ser también el corazón de la vivienda.A la entrada de la parcela el largo muro del dormitorio se enfrenta al pequeño muro que cobija parte de la casa-árbol. Desde la parcela se ve el mar, por ello la vivienda se hace torre en la zona más cercana a la calle, con ello se consigue que los alargados troncos y las espesas copas de los pinos no tropiecen con la vista de aquel que pretende ver el mar desde tierra firme. Este cuerpo de la vivienda comienza en la entrada de la casa, haciendo dialogar el muro del dormitorio con el único muro del que disfruta la casa del árbol. Ambos son curvas enfrentadas que incitan la entrada al vestíbulo cubierto, pero no opaco, de la vivienda. La torre se alza sobre pilotes para acabar entre dos manos cerradas -quizás alguna de las que ya vimos de Chillida- que se pliegan sobre si mismas para buscar el horizonte lanzado entre los dedos; alguno de ellos parece alargarse. El ladrillo encalado de blanco que forma los muros de la vivienda da paso a los pilotes de madera que sostienen una plataforma en la que estar; superando ésta se localiza un pequeño estudio.
¿Pero que se ve desde ahí arriba? Desde arriba cada cosa es diversa y eso es ya divertido